lunes, 3 de septiembre de 2012

Palabras para la inauguración de la exposición de mi trabajo en #SecondLife, organizada por 1+1 Artin



Distinguido amigo Dimitri Mint, gestores y profesores de 1+1 Artin Formación, amigas y amigos que nos acompañan esta noche, reciban un cálido abrazo desde Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.


Primeramente, deseo expresar, con humildad, aprecio y admiración, mi agradecimiento al profesor Alejandro Villaseñor (Dimitri) por organizar esta exposición que no creo estar en condiciones de merecer.

Se preguntarán entonces, cómo fue que acepté la idea de Dimitri de presentar este material didáctico, cultural y artístico, que con todo cariño he ido dejando a través de unos cuantos años. Acepté, porque creo que no es un reconocimiento a Wara, ni mucho menos, sino es el reconocimiento y comprobación, de que sí es posible y de hecho ya existe y se practica, un nuevo tipo de convivencia cultural en el corazón de las Redes Sociales y, tal vez de forma más “visible”, en los mundos virtuales.

Allá por 2006/2007 cuando en SL eran millones de metros habitados por unos miles de avatares, lo más importante era ayudar al otro y crear el contenido del metaverso. O sea, las casas, la ropa, los cabellos, los besos y los intereses comunes habitados por sus respectivos grupos y batallones. Todos nos sentimos dioses fundadores de una creación colectiva, la que hoy continúa.

Fue por esos años, que conociendo lugares como Unihispana o personas como Culcan Shelman, proyectos como Argentonia, Colombiamor o New Legend, me di cuenta que aquí se podía cultivar uno de los dones de la humanidad. Unidas las ideas y trabajando colaborativamente, la inteligencia colectiva no sólo se hace evidente, sino que cobra vida como una especie de magia o milagro nacida del colectivo, eso que a mi me gusta llamar la manifestación de lo humano.

“Hoy empezamos a darnos cuenta”, escribía el pedagogo e investigador Marshall McLuhan, hace más de cincuenta años, “de que los nuevos medios no son simplemente una gimnasia mecánica para crear mundos de ilusión, sino nuevos lenguajes con un nuevo y único poder de expresión”. MacLuhan había intuido lo que él mismo llamó “el aula sin muros” a partir de la radio y la televisión. Para mi, esta fue una revelación. Yo, que siempre he querido cambiar el mundo, por fín había encontrado mi plan.

Los educadores y soñadores que he ido conociendo en Second Life y en las redes sociales, a lo largo de los años, me han demostrado que aquí se hace revolución, aquí se rompen las reglas y se rompen los cerrojos de las puertas de las bibliotecas y de las academias y de las instituciones burocráticas y de los mezquinos estudios de cine, de la gran industria de la música y de las taras que inviabilizan la creatividad, para liberar la cultura de la humanidad y devolvérsela a la humanidad. Afortunadamente, cada día más instituciones y universidades y profes maravillosos, se unen a esta razón, a esta lógica de un aula sin muros, de un saber sin dueños y del dominio universal sobre lo que es un derecho: el conocimiento.

Yo soy copy left. Para los que no lo sepan, es lo contrario al copy right. Mi producción está para ser compartida, complementada, modificada, descuartiza,compilada o diluida, tal o cual sea su destino.  A mi no me sirve saber si más miles o menos miles han visto mis vídeos, pero sí es importante cada vez que alguien les saca algún provecho. Ahí está el verdadero valor, uno que yo no puedo recoger para mi, porque se va a vivir en cada uno de ustedes.

Y así  también yo atesoro, con mucho cariño y respeto a varias personas, maestros, genios y locos de Second Life que con entusiasmo nos fuimos consecuentemente empujando hasta aquí. Dimitri Mint desde luego, Fernando Pascual, Puknia Saenz, Culcan Shelman Dallas Eilde, Paisa Vela, Tuman MacKeenan, Orquidea Melody, Buenafuente Yao, Pionia Destiny, LadyAgatha Abbot, Amparo Cervantes, Dolors Capdet, Lastengoa Miles, toda la gente del Maratón Arte, de Colombiamor, de Unihispana, los amigos de Buenos Aires virtual, a ThomTrance Otoole y toda la movida de Happy Clam Island que me enseñaron a ser una DJ soportable, la gente con la que hicimos proyectos efímeros pero exitosos y también todo lo contrario... en fin, no puedo terminar de nombrar a cada uno de los que son y serán y los que seguirán yendo y viniendo. De esto se trata, construirnos en un espacio virtual universal: generar, cultivar y hacer más sólidos nuestros círculos sociales, aquello que es la amalgama de la diversidad, tan evidente en Second Life y otros entornos conectivistas.

Para terminar estas breves palabras de agradecimiento, quiero alentarlos, sin desconocer el lado lúdico de los mundos virtuales, a que exploren las otras dimensiones del metaverso: el arte, la cultura, la educación, la poesía, el teatro, la música, los lugares históricos virtualizados, los museos, las galerías, en fin, los infinitos alcances de la inmersión, que hoy apenas comenzamos a vislumbrar y con la que nos deslumbramos.

Gracias.

3 comentarios:

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  2. Ojalá los gobiernos y grandes lobbys comprendieran que toda la información, tanto la de estos mundo como la de del mundo real, debería ser copy left, compartida por todos, en lugar de limitarla solo a unos pocos privilegiados con poder y dinero.

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  3. Gracias Wara por participar en 1+1 Artin-Formación

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